Tecnología: factor de cambio en educación.

El hombre, desde tiempos remotos, ha puesto en marcha su ingenio y creatividad para crear y disponer de recursos y herramientas tecnológicas en busca de, la mayoría de las veces, una mejor calidad de vida. Así paso a paso se ha llegado a un punto en el que la tecnología impera en los ámbitos, económico, cultural, educativo, artístico, etc. ganando un lugar inigualable en la vida de la sociedad.

Hoy en día la tecnología, que es palpable en los alrededores , facilita y acerca a los individuos a muchos de los servicios de los que dispone la sociedad como consecuencia del mundo globalizado en el que la tecnología de la información y comunicación hacen posible lo, hasta hace poco, inimaginable y sin duda esto seguirá siendo así, además conforme pase el tiempo la tecnología se volverá más barata y accesible, la velocidad de las computadoras será cada vez mayor así como la capacidad de almacenamiento de información. (Alanís, 2007).

Esto implica grandes posibilidades a diferentes niveles, uno de ellos el empresarial pues proporciona “mayor control sobre la información” (Alanis, 2007, p.116) lo que contribuye a mejoras en la producción y los servicios generando crecimiento y control al mismo tiempo.

Al hablar de producción se menciona que esta, hoy en día y más aún en un futuro cercano, se dará en grandes volúmenes y la mayoría de las veces veces “a la medida del cliente” (Alanis, 2007, p.117), siendo introducidos al mercado mediante grandes e impactantes campañas publicitarias.

Sin duda uno de los ámbitos en donde la tecnología ha sido y continuará siendo el factor determinante para las grandes revoluciones es el educativo. Si bien hoy en día han surgido diversas modalidades educativas integradoras o basadas en tecnología en el futuro “proliferarán los cursos en línea, vía satélite y por Internet con video o audio” (Alanis, 2007, p.119).

Hoy día es posible vislumbrar lo anterior, ejemplo de ello son las Comunidades de Páctica, desarrolladas en Europa, las cuales se definen como "grupos de profesionales que comparten conocimientos, ideas y prácticas en lo que se refiere a un ámbito o tema común" (Daele et al, 2007, pár. 2). Entonces, mediante estas, es posible el interacmbio de experiencias, prácticas, ideas, métodos, etc. con docentes no solo del mismo centro escolar sino, y mejor aún, de diferentes partes de Europa lo cual sin duda enriquece la práctica docente y por ende el proceso educativo.

Una de las más recientes evoluciones del proceso enseñanza aprendizaje la constituye la mezcla entre la presencialidad y la virtualidad, es decir el aprendizaje combinado o Blended-Learning. Según Fernando Mortera (2007) el significado del concepto Blended-Learning aún no se encuentra completamente definido en el idioma español y puede ser manejado como “aprendizaje mezclado” “aprendizaje combinado”, “aprendizaje híbrido”, sin embargo muchos autores, ante la falta de acuerdo, han preferido manejarlo simplemente como Blended-Learning ya que éste hace referencia al resultado de combinar diferentes formatos tecnológicos, diferentes enfoques pedagógicos, diferentes formas de tecnología instruccional o tecnología instruccional con actividades concretas.

Enunciado por Mortera (2007, p.130) Michael Fox (2002) define Blended-Learning como “la habilidad de combinar elementos de capacitación e instrucción en el salón de clase, de aprendizaje a distancia en vivo y autónomo, y de servicios de aprendizaje avanzado que dan soporte de manera tal que provee de un aprendizaje a la medida”. Así, esta modalidad implica la mezcla de aprendizaje cara a cara y la instrucción virtual o a distancia con la intención de tomar lo mejor de ambas en beneficio del proceso enseñanza-aprendizaje en cualquier nivel educativo.

Existen diferentes bases teóricas y fundamentos que ayudan a vislumbrar lo que blended-Learning significa e implica al ser llevado a la práctica, sin embargo se ha de destacar que quizá lo más importante sea que los docentes que trabajan bajo las bondades de esta modalidad tengan la capacidad de tomar lo mejor de cada una y aplicarlo según las necesidades y características de los alumnos, dando la importancia debida tanto a la interacción cara a cara, la cual posee “el potencial de desarrollar una comunicación intrapersonal intensiva y construir relaciones sociales” (Mortera, 2007,p.142) como a el uso de las herramientas y recursos tecnológicos, de los cuales pueden surgir múltiples combinaciones, siempre en vías de un mejor aprendizaje.

En este sentido son muchos los aspectos que hay que tomar en cuenta a momento de diseñar los cursos entre los cuales destaca la diversidad de estilos de aprendizaje que es posible se concentren en un mismo salón de clases o grupo de estudiantes, estilos que son determinados por las preferencias consientes y tendencias, naturales e inconscientes, de los individuos (Lozano, 2007) estilos que prevalecen tanto en educación presencial como en educación a distancia.

Si hablamos de alumnos de educación a distancia diremos que sus estilos de aprendizaje se vuelven un poco más complejos por las condiciones a las que se encuentran sujetos. Al integrar tecnología en los ambientes de aprendizaje, y por lo tanto en modalidades de educación a distancia, los alumnos necesitan mayor motivación para lograr mantener el interés y alcanzar sus objetivos a corto plazo con sensación de éxito, por lo tanto, es conveniente que sus preferencia e inclinaciones, o tendencias, sean considerados por los encargados de diseñar y tutorear los cursos.

Así pues al tomar en cuenta los estilos de aprendizaje de los alumnos inmersos en procesos de enseñanza aprendizaje con y mediante la tecnología se está, de cierta manera, garantizando que ellos se sientan cómodos con el proceso, construyan mejores aprendizajes, alcancen sus objetivos y se sientan satisfechos con el servicio educativo.

Referencia

Daele, A., Deschryver, N., Gorga D., Künzel, M. (2007, septiembre). La gestión del conocimiento en las comunidades de práctica: analizar las necesidades y prestar unos servicios.Elearningpaper [en línea], No. 5. Recuperado el 23 de febrero de 2010, de http://www.elearningpapers.eu/index.php?page=doc&doc_id=10222&doclng=7

Lozano Rodríguez, A. y Burgos Aguilar, V. (2007). Recolección de datos. En (Comp.) Tecnología
educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona (pp. 107-183). Distrito Federal, México:Limusa.